El libro cariñosito

Érase una vez un planeta llamado el planeta de los dulces. En ese planeta todo era de dulce, menos las camas, personas y animales.

Había una niña llamada Catherine, el papa que vivía en Colombia le llevo un libro de poemas, (Catherine era envidiosa).

Catherine curiosa decidió leerlo, y cambio de actitud siendo, noble, cariñosa, y acomedida. El librito cariñoso al ver su actitud la premio con cartas, flores y cariño.

Catherine decidió bautizarlo con el nombre de ternuras y le consiguió una novia llamada Fiona, con la que tuvieron hijos que llamaron libretitas y se fueron felices a viajar a donde su mamá. Cuando llegaron a la casa la madre les dio una noticia mala ‘”se había muerto su hermano Sansón. Después de eso vivieron muy felices’’. Años después se murió su mamá, los niños habían crecido, tenían 15, 14 y 16 años, ya iban a bailar con sus amigos.
La abuelita se ponía muy triste cuando sus nietos se iban y la dejaban sola, y no la pasaban chévere como antes cuando estaba vivo su hijo. El papa de los niños el libro que iban al parque, la pasaban todos unidos cuando se inventaron de que el esposo de Fiona su hijo que estaba muerto no era así habían dicho que si pero el se había ido de viaje para Europa luego volvió a la casa cuando ya la mama estaba muerta después de 4 meses los jóvenes ya se pusieron al corte con el papa de ayudarle a la abuelita el la casa a hacer oficio en la casa, a pintar, o barrer, a lavar, a ayudarle a la abuelita a cocinar a muchas cosas mas etc.

Ya no eran callejeros ya no lo dejaban salir mas los amigos los ignoraban los miraban mal de la pena que no los dejaran salir a la callé al parque no los dejaba salir ni es que a la esquina porque le pegaban a la libretas nunca mas mientras estaba el papa no eran capas de salir.

Lugo de 3 meses el papa se volvió a ir pero era un plan de la abuelita y del papa de que la abuelita decía que el papa se había ido pero no era mentiras el papa se fue para el pueblo cuando ellos estaban bailando en una fiesta del Pueblo el papa les hizo un ridículo y les pego delante de todos sus amigos.

Tristes se fueron para la casa adoloridos llorando y lamentándose de haber desobedecido las ordenes de su padre desde ese día aprendieron la grandísima lección de no volversen ñeros y callejeros.